Tecnología y salud: vacunas contra el COVID-19

El COVID-19 se ha posicionado como una de las pandemias con mayor impacto en la historia. Por ello, grandes corporaciones farmacéuticas y laboratorios han enfocado sus recursos científicos y tecnológicos para generar vacunas contra el virus, en el menor tiempo posible. Además, que se puedan producir grandes volúmenes, para llegar a toda la humanidad. En efecto, las potencias del mundo como el gobierno de Estados Unidos han financiado estos importantes desarrollos.

Johnson & Johnson, Sanofi, CanSino, Biologics, el Instituto de Tecnología de Pekín, Moderna Therapeupics, Pfizer y BioNTech son algunas de las organizaciones que han destacado en el tema. De hecho, en los tiempos que corren, gran número de países de todos los continentes ya están vacunando a su población con sus productos.

Sin embargo, todavía es necesario mantener las medidas sanitarias que dictó la OMS: uso de mascarillas, lavado de manos con frecuencia y distanciamiento social. De hecho, con el Covid-19: el trabajo desde casa será una nueva normalidad aunque se logre la inmunidad total en los seres humanos.

Ahora bien, las vacunas contra el coronavirus inicialmente se estudiaron con métodos clásicos. Estos consisten en insertar al organismo un fragmento del virus o moléculas de este con debilidad, para que el sistema inmune produzca los anticuerpos. No obstante, implican muchos equipos de ensayos y largos períodos para obtener los resultados.

Por lo tanto, gracias a la tecnología el resultado con mayor aceptación en el mundo está basado en la creación 100% sintética de ARN mensajero.

Vacunas contra el COVID-19 con ARNm

Para entender el método tecnológico que desarrollaron las distintas farmacéuticas para crear esta vacuna contra el coronavirus es necesario comprender que es el ARN. El Ácido Ribonucleico es una cadena simple que de forma natural es el encargado de que las moléculas de ADN se comuniquen con las células, a través de la síntesis de proteínas. Partiendo de esto, los científicos tienen 15 años estudiando la forma de crear ARN sintéticos para combatir múltiples infecciones. Con este principio, muchos laboratorios lograron inmunidad para el COVID-19.

El ARN mensajero (ARNm) es el que se sintetizó para el COVID-19. Este es una copia del código genético viral, pero con el reemplazo de la molécula uridina por la pseudouridina. Hacer esta sustitución es un gran descubrimiento de los expertos, ya que es la manera de que el organismo no detecte al ARNm como una amenaza y haga el trabajo deseado.

Este ácido sintético está rodeado de una capa lipídica o grasa que impide que se degrade antes de llegar a las células. Es decir, asegura la absorción del mismo en el cuerpo. Esta tecnología se denomina nanopartículas de lípidos.

¿Qué hace el ARNm cuando está dentro del organismo?

Una vez que el ARNm es inyectado en el cuerpo viajará hasta conectarse con las células. En este punto habrá una producción acelerada de la proteína Skipe, la cual es propia del código viral en cuestión. Al ser un componente extraño en el corriente sanguíneo, el cuerpo va a producir linfocitos T y los anticuerpos para atacar las posibles infecciones que traiga el COVID-19.

Lo antes expuesto resume cómo las vacunas contra el COVID-19 de ARNm generan la inmunidad ante el mismo. Lo que aun está en estudio es saber cuánto tiempo dura esta protección; sin embargo, se espera que haya memoria inmunológica del cuerpo para así erradicar el coronavirus y todas sus variantes por completo.

Ventajas del método tecnológico de estas vacunas

1. No se ingresa al cuerpo el virus, sino que el cuerpo aprende a generar la proteína viral.
2. Desaparece el riesgo de que pacientes con el sistema inmunológico bajo presenten efectos secundarios.
3. En los laboratorios no se necesitan complejos cultivos de células para mantener las moléculas activas, porque el ARNm es sintético al 100%. Esto también propicia a respuestas más rápidas ante otros patógenos.
4. Se producen volúmenes masivos en poco tiempo.
5. Altas probabilidades de memoria inmunológica, lo que implica una sola dosis de vacuna.