La carrera alcista de Bitcoin (criptomoneda) continúa sin dar tregua marcando máximos históricos en el mes de Febrero y superando su rendimiento al del halving de 2016, cuando alcanzó su máximo de casi 20.000 dólares, lo que está generando un gran optimismo en el mercado por las ganancias que puede llegar a generar.
El sentimiento hacia Bitcoin se ve favorecido por la adopción de la criptomoneda por parte de grandes corporaciones como PayPal o la compra realizada por Microstrategy y la opinión favorable hacia la misma de instituciones como J.P. Morgan en cuanto a su potencial de crecimiento en el medio y largo plazo.
El éxito de Bitcoin puede impulsar al alza a las altcoins por lo que además de observar a la más importante sería interesante no perder de vista a las demás. Así, por ejemplo Ethereum se sitúa en estos momentos en más de 1.700 dólares.
Un creciente interés por el mundo cripto
La crisis del pasado 2020 ha provocado la debilidad del dólar y ha catapultado el atractivo de la inversión en criptomonedas y su compra en Exchanges especializadas, especialmente Bitcoin, considerada por muchos como un valor refugio y protector frente a la inflación.
A pesar de ser ella la más conocida, existen multitud de tipos de criptomonedas entre las más negociadas, además de las anteriores ya mencionadas se encuentran: Tether, Litecoin, Bitcoin Cash, EOS, Monero o Cardano, que son solo algunas de ellas.
Como consecuencia de su creciente popularidad el S&P Dow Jones Indices ha anunciado recientemente que en este año 2021 hará efectivo el lanzamiento de índices de criptomonedas.
Con esto, espera facilitar el acceso a estos activos a los inversionistas reduciendo en la medida de lo posible los riesgos de un mercado extremadamente volátil.
Alternativas que ofrecen las criptomonedas
Pero el inversor que no quiera comprar criptomonedas y esté acostumbrado a manejarse con activos de alta volatilidad -y las criptomonedas que no son stablecoins son muy volátiles, baste acudir a la cotización de ethereum, que ha pasado en menos de un año de valer menos de cien dólares a superar los mil setecientos.
Ídem con otras criptomonedas o la propia bitcoin- y que confía en poder manejarla a su favor, puede abrir una cuenta en una plataforma de trading online para operar con sus precios a través de contratos por diferencia.
Al operar mediante contratos por diferencia, que es la diferencia entre el precio de apertura y de cierre de un activo, la volatilidad supone un riesgo para el capital que se multiplica por el uso del apalancamiento –el trader deberá informarse debidamente de los riesgos de ambos para su capital- pero también puede ser una oportunidad de operar para los traders con solera en mercados volátiles ya sea con criptomonedas que se encuentran en un ciclo alcista o bajista.
Criptomonedas y minería
También, como probablemente ya saben los habituales del mundo cripto, una manera de invertir en criptomoneda sin emplear dinero -más allá de las inversiones en tarjetas gráficas y electricidad- sino capacidad computacional, es a través de la minería. Puesto que se trata de un proceso complicado el nodo minero que resuelva el problema matemático recibe una recompensa por hacerlo.
Esta característica hace de las criptomonedas un sistema descentralizado, pero la minería no es ni barata ni sencilla para los novatos, y si el precio de venta de la criptomoneda es demasiado bajo puede no cubrir el coste de minarla.
Además, la segunda criptomoneda con mayor capitalización del mercado -ethereum- ya no puede minarse desde su última actualización, ya que se valida ahora mediante una prueba de participación.
En definitiva, el mercado de las criptomonedas ofrece una nueva forma de inversión caracterizada por una elevada volatilidad y, puesto que su precio lo determinan principalmente la oferta y la demanda, que es el sentimiento del mercado, constituyen una manera alternativa de diversificar la cartera de inversión.