Es un tema bastante polémico y que genera muchos debates, la rivalidad existente entre los defensores del denominado Software Libre y de aquellos que sienten preferencias por los programas informáticos comercializados y distribuidos bajo licencias propietarias o privativas. En esta ocasión intentare abordar el tema desde la óptica más imparcial (o menos parcializada) que me sea posible, según mi experiencia personal con ambos tipos de software durante mi desempeño profesional como ingeniero de sistemas en las diferentes aéreas que me ha tocado afrontar.
Es común toparse con personas que expresan abiertamente su rechazo a todo lo que sea software libre, alegando que por ser gratuito este tipo de programas son de menor calidad, sobre todo cuando se trata de sitios de trabajo como empresas, industrias u organizaciones profesionales. Muchas veces se asumen costos elevados por licencias de software o incluso se incurre en el uso ilegal de programas con licencias privativas, siendo que existen alternativas equivalentes que se distribuyen haciendo uso de licencias de software libre.
¿Qué es el Software Libre?
Para analizar esto de forma adecuada, primeramente debemos saber exactamente que es el software libre, ya que existen algunas malas interpretaciones sobre este término. Lo que determina si un software califica como libre o no, es el tipo de licencia que utiliza, en una licencia de software libre, se deben respetar cuatro libertades fundamentales, que por lo general se enumeran desde la cero (0) hasta la tres (3), por similitud con la informática y con la programación de software particularmente.
Libertad 0: Libertad para que el usuario utilice el software como, donde, cuando y para lo que desee, sin ningún tipo de imposición por parte del desarrollador, más que las limitaciones técnicas que se presenten.
Libertad 1: Libertad para que el usuario pueda distribuir el software entre las personas que desee y la cantidad de equipos de hardware que le sean necesarios.
Libertad 2: Libertad para que el usuario pueda acceder al código fuente del software y estudiarlo a fondo sin impedimentos impuestos por el fabricante.
Libertad 3: Libertad para que el usuario pueda, en caso de que así lo desee y a la vez posea los conocimientos necesarios para ello, modificar el software, realizar mejoras y redistribuirlas bajo estas mismas condiciones de libertad para los futuros usuarios.
Luego de conocer estas 4 libertades, lo primero que podremos notar, es que en ningún momento se menciona la gratuidad del software, en consecuencia no existe una norma que obligue a que la distribución del producto (software) se deba realizar sin costo alguno, de hecho existen modelos de negocio basados en la comercialización de software libre, el detalle radica en el respeto a las libertades mencionadas anteriormente.
Por supuesto que es difícil cobrar un precio por un programa informático, cuando el usuario está en libertad de compartirlo con otros usuarios, bien sea de forma comercial o gratuitamente, pero no está prohibido hacerlo, lo que sí es ilegal, es impedir a sus usuarios disfrutar de las libertades que originalmente se le concedieron a quienes lo utilicen. De hecho algunas grandes empresas, o bien comercializan directamente el software libre que desarrollan o reciben ganancias por los servicios que ofrecen en torno a dicho producto.
Por lo tanto, el software libre no solo es desarrollado, como algunos piensan, por programadores “aficionados” pertenecientes a comunidades de usuarios que realizan su trabajo sin ánimo de lucro, como aportación desinteresada a la evolución del programa, sino que también en muchos casos se trata de desarrolladores profesionales pagados por grandes empresas u organizaciones muy importantes.
Por otra parte, no debe confundirse al software libre con las versiones de prueba (Alpha, Beta, Trial…), que producen algunos desarrolladores con el propósito de evaluar los programas antes de que las versiones estables salgan al mercado o como muestra para nuevos clientes que aún no adquieren la versión completa, ni tampoco con “Free Software” o Software Gratis, que son aquellos programas que se distribuyen gratuitamente, pero sin las libertades antes mencionadas. Dada la ambigüedad de la palabra inglesa “free”, suele utilizarse en ingles el término “Libre Software” para referirse al Software Libre en contraste con el Software Gratis.
En cuanto a la calidad, es innegable que la mayoría de los programas más exitosos son software propietario, por ejemplo Windows, MacOS, Office, PhotoShop, AutoCAD, entre muchos otros, sin embargo existen ejemplos de software libres también muy exitosos como GNU/Linux, Mozilla, MySQL, GIMP, Blender…
En definitiva, la respuesta a la pregunta inicial de este artículo, es NO. Sin embargo, es verdad que buena parte de las aplicaciones de software libre no alcanzan el grado de avance de sus contrapartes en software propietario, esto generalmente se debe a que esos programas generan grandes cantidades de dinero, parte de las cuales se invierte en mejorar las siguientes versiones del producto, haciéndolos cada vez más completos.
En otras ocasiones la falta de publicidad y el desconocimiento de los usuarios sobre las bondades de determinadas aplicaciones, origina que su popularidad sea escasa y por lo tanto se piense erróneamente que su calidad es baja, esto ocurre por ejemplo con el sistema operativo GNU/Linux y a ello se suma el hecho de que las aplicaciones más exitosas, están desarrolladas para ser compatibles, no con él, sino con otros sistemas operativos propietarios, haciendo que las incompatibilidades incrementen esa equivocada creencia por parte de los usuarios de que es un sistema operativo mediocre, ineficiente y complicado.
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