Este 22 de abril se conmemoró el Día Internacional de la Tierra y los expertos de la NASA afianzaron una vez más su compromiso con el planeta y sus condiciones ambientales. Y es que hasta la actualidad esta distinguida agencia de Estados Unidos cuenta con varios sensores en el espacio que miden variables importantes de la salud del ecosistema, como por ejemplo: temperatura, humedad, nivel del mar y proporción de gases: metano, monóxido y dióxido de carbono.
La importancia de lo antes expuesto radica en poder levantar alertas tempranas ante la contaminación ambiental, el efecto invernadero y el calentamiento global que asechan a la Tierra. De ahí que el satélite Terra es desde hace más de 20 años uno de los detectores más avanzados que están en órbita en nuestro planeta, de la mano del conocimiento y análisis de científicos y compañías de Estados Unidos, Japón y Canadá.
Cabe destacar, que estos estudios a la Tierra han permitido que las distintas naciones del mundo tengan un mayor control de las emisiones y efluentes de sus sectores industriales principalmente. Porque es que los expertos han demostrado que dichos cambios en la variables del ecosistema afectan negativamente a la vida marítima, en especial de corales y tiburones de los distintos océanos.
Estudiando la Tierra con Terra
Terra es entonces uno de los satélites más avanzados en tecnología que tiene la NASA en órbita para medir y monitorear variables ambientales de la Tierra, a pesar de haber sido lanzado a finales del año 1999.
En efecto, por el tiempo transcurrido (más de 20 años) este satélite ha sufrido variaciones en su posición y por ello el pasado 27 de febrero de 2020 un equipo de operaciones de la NASA realizó una última maniobra para ajustar la inclinación de Terra en función de la cercanía al ecuador. De esta manera los expertos han garantizado la lectura correcta de los 5 sensores que están contenidos en este objeto.
Gracias al trabajo de este exitoso equipo de operaciones de vuelo en los tiempos que corren hay una excelente conexión con la atmósfera de la Tierra. Ahora bien, todo esto es posible por 5 captadores: ASTER, MISR, MODIS, CERES y MOPITT, cada uno con funciones específicas para establecer los cambios climáticos de nuestro planeta.
Sensores de Terra
- ASTER: con este fotosensor los científicos pueden elaborar mapas sobre temperatura, emisividad, elevación y reflectancia de la superficie de la Tierra. Y es que este captador es un radiómetro de reflexión y emisión térmica que recopila cada 8 minutos datos del espectro electromagnético que tiene en órbita. La resolución de las imágenes de la plataforma de ASTER es la más avanzada que está en el espacio.
- CERES: aquí están fusionados dos instrumentos que permiten medir la radiación de la Tierra y las condiciones de las nubes en relación a los flujos radioactivos. La tecnología de este sensor se centra en el escaneo biaxial de las variables antes mencionadas, el cual cumple con modelos angulares de alta precisión.
- MISR: este instrumento es vanguardista en su categoría, ya que hace posible medir la luz solar que incide en la Tierra en diferentes direcciones gracias a las 9 cámaras que lo constituyen. Todo esto le proporciona a los expertos determinar proporciones y tipos de aerosoles atmosféricos, nubes y además la distribución de la superficie del planeta.
- MODIS: la tecnología de este equipo complementa el trabajo de MISR y CERES pero con una franja de visualización mucho más amplia. Y es que similarmente permite la superficie cubierta por las nubes aunque además ofrece información sobre el tamaño de las gotas tanto líquidas como sólidas (nubes de hielo). Otros aportes de MODIS son indicar las propiedades de micro partículas en la atmósfera por contaminación, quema de biomasa, polvo, incendios forestales y erupciones de volcanes. Así mismo, reporta la cantidad de vapor de agua, temperatura en distribución vertical, mapas de nieve en zonas de invierto, hace seguimiento al ciclo del carbono y la vida de fitoplancton.
- MOPITT: de acuerdo a su nombre este hace la “Medición de la Contaminación en la Troposfera” , con especial enfoque en la producción y concentración de monóxido de carbono que interactúa en las zonas terrestres y oceánicas de la Tierra. El auge de este sensor es que utiliza la electroscopia en la correlación de gases, tras el paso de la luz que pasa en el interior de los contenedores de este instrumento afines con CO. Dependiendo del resultado, los científicos pueden determinar la causa raíz de este agente contaminante.